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Reflexión sobre la Consulta Popular

Por Dr. José Elías Rodríguez
Fundación del Migrante

Desde el 2008, la Constitución ecuatoriana establece el derecho de los ciudadanos para votar en las consultas populares sobre temas de trascendencia nacional. La consulta popular, es un mecanismo de democracia directa que permite a los ciudadanos decidir, mediante un sufragio directo y universal, sobre temas legislativos o de política pública específica. La democracia directa no está libre de controversia: si bien muchas democracias consolidadas cuentan con estos mecanismos, también es cierto que más de un líder autoritario ha recurrido a ellos para intentar legitimar y/o prolongar su mandato, ejemplo, Chaves en Venezuela y Morales en Bolivia.

Según algunos, los mecanismos de democracia directa se contraponen a la lógica misma de la democracia representativa, según en la cual los ciudadanos eligen a sus representantes para que éstos tomen las decisiones que más convengan a aquéllos. Otros argumentan que los ciudadanos comunes y corrientes no cuentan con la información o la capacidad suficiente para decidir sobre asuntos potencialmente complejos. Una tercera crítica es que, al tratarse de una sola votación a favor o en contra de un tema, es muy difícil dar cabida a los matices o soluciones graduales típicas del proceso legislativo ordinario. los argumentos a favor de la democracia directa enfatizan la importancia de incorporar al ciudadano en la toma de decisiones políticas más allá de la simple elección de sus representantes. Si confiamos en que los votantes pueden elegir un Asambleísta o Presidente a partir de una información mínima, también podrían opinar de un asunto trascendente para sus vidas. Una reforma importante tendrá mayor legitimidad si cuenta con el apoyo mayoritario de la población y no sólo de sus representantes. Y es que defender la democracia estrictamente representativa equivale a pensar en que el ciudadano sólo puede ser soberano un día cada cuatro años.

Algunas consultas tienen efectos vinculantes y otras no. La evidencia de las últimas décadas sugiere que la mayoría de las consultas son promovidas desde el gobierno, éstas resultan exitosas: los gobiernos tienden a promover consultas cuando esperan ganarlas. Por otro lado, cuando la consulta es promovida desde la sociedad civil la mayoría de las veces no logra consumarse o, de llevarse a cabo, fracasan. Aunque la mayoría de los intentos por iniciar una consulta popular fracasan, ya sea por enfrentar requisitos costosos o por una baja participación, puede argumentarse
que la mera existencia de estos mecanismos de participación ciudadana permite que la sociedad transmita a la clase política señales sobre los temas que le preocupan o interesan.

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