Queremos vivir en paz
Queremos vivir en paz
Por: Dr. José Elías Rodríguez
La triste realidad del fallecimiento de Javier Ortega, Paúl Rivas y Efraín Segarra miembros del equipo periodístico de diario el Comercio, cayó como un balde de agua fría no solo al gremio periodístico, sino a todos los ecuatorianos que denunciábamos #nosfaltan7. Este acto cobarde, criminal y terrorista del grupo Oliver Sinesterra conformado por ex miembros disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), evidenció la porosidad de nuestra frontera, la falta de acción inmediata de nuestros policías y militares pero más que nada la ineptitud de los altos mandos de gobierno.
Las ruedas de prensa convocadas por los ministros del Interior y de Defensa aumento la desconfianza ciudadana al tratar de ocultar lo que ya todos sabían y tenían temor de informar a un grupo de personas allegadas a los periodistas, se requirió de una fuerte seguridad para recuperar la calma de personas que quedaron inconformes con las declaraciones de ambos ministros.
Pero este triste episodio en la política internacional ecuatoriana, donde el presidente Lenín Moreno pone un ultimátum a los criminales de 12 horas o recibirían todo el peso del Estado Ecuatoriano que todavía no puntualizaba a que se refería, nos lleva a recordar el conflicto armado colombiano que dejó más de 200.000 personas asesinadas según el informe del Centro Nacional de Memoria Histórica, el documento muestra la dimensión del conflicto.
Por ser una situación de tipo jurídico y diplomático, existen diferentes instancias que prevén el manejo de este tipo de crisis. En este caso debe ser diseñado un plan preventivo por las cancillerías de los países y el curso a seguir en este tipo de enfrentamientos, que está claramente establecido mediante instancias de organismos internacionales que median en casos como estos, como el cumplimiento de acuerdos establecidos por las diferentes instancias internacionales para no tomar acciones unilaterales así evitar este tipo de crisis.
Ecuador y Colombia crearon una crisis diplomática con el caso Angostura que no se cerró de forma adecuada, y la falta de trabajo en conjunto evidenciado en el caso de los hermanos periodistas secuestrados y vilmente asesinados es un caso que da mucho que hablar por las consecuencias que se están viviendo y que se seguirán dando si no se acuerdan acciones ambos países.
El manejo de intereses a conveniencia de los gobernantes hace imposible llegar a una resolución real del conflicto que nos ha salpicado desde la frontera norte. En este caso, los medios de comunicación en general han tenido mucho cuidado al momento de presentar la información, seguros de las serias consecuencias que se puedan dar en función del manejo de la información.
El mal manejo de la crisis, se evidencia en este caso y hasta el momento no han funcionado para alcanzar los objetivos básicos para salir en momentos como estos. Lo que estamos claros es la enorme responsabilidad del estado ecuatoriano para asegurar a sus ciudadanos una tranquilidad de movilidad, una seguridad ciudadana, una profesionalización del manejo de conflictos, una mejor y verás información.
Los ecuatorianos somos un pueblo altivo y soberano, que en momentos difíciles para los países de la región ha sido una isla de paz, que ha abierto sus fronteras para la protección de sus hermanos del mundo, pero ahora se ve tan vulnerable como algunos de los países hermanos.
Nos solidarizamos con los familiares de Javier Ortega, Paúl Rivas y Efraín Segarra, nos unimos al clamor ciudadano de que nos devuelvan nuestro país de paz.