OPINIÓN

Crímenes y Criminales Políticos

Por: Jose Elias Rodriguez
Fundación del Migrante

Los regímenes tiránicos y arbitrarios, usan inadecuadamente el derecho y la ley; en esencia los criminales políticos utilizan elementos violatorios al derecho constitucional y penal, y mal usan el aparato gubernamental. Según juristas internacionales el prevenido político es un hombre que existe con un sentido moral y que obra precisamente contra la violación de las bases legales y constitucionales, ese sentimiento le exige levantarse contra la tiranía política.

Los delitos: “son acciones punibles, determinados por motivos individuales, egoístas y antisociales que perturban las condiciones de vida y contravienen la moralidad media de un determinado pueblo en un momento dado”. Otros criterios dicen que son las circunstancias en que se lleva a cabo las que deben ser tenidas en cuenta para su calificación.

La actual novela política ecuatoriana, se desenvuelve con amenazas, agresiones e incipientes enfrentamientos de amigos transformados en enemigos, que no llegan a serlo, más aún ante el encarcelamiento de algunos ex hijos ilustres y dignos de la patria implicados por denuncias de corrupción, debemos analizar el controvertido tema de estos delitos políticos, esperando que si se demuestra la presunción sean juzgados penalmente.  

Partiendo de la necesidad de esclarecer la figura del delito político, entendamos el raciocinio del delincuente político que sigue siendo objeto de las más altas demagogias, escudo de criminales de cuello blanco, cuyas acciones delictivas han sido ignoradas por la justicia so excusa de que no se puede ir en contra de las fuerzas progresistas que luchan por un mundo cualitativamente superior. Solo existe un modo de hacer respetar la necesaria diferencia entre criminales y políticos, hacer incansable la labor de lucha contra la corrupción en todos los niveles y la acción independiente de la justicia en torno al delito-político.

El delito político posee una naturaleza clasista, la definición del delito pueda aplicarse de forma general de proteger  jurídicamente el interés de la clase que esta en el poder, que no ven el delito como una acción personal, aunque el delito es una acción del hombre, que contraviene el orden jurídico preexistente en un determinado momento y lugar, por lo que se conmina bajo una sanción penal. Toda violación al derecho constituido por la mayoría aduciendo el mantenimiento y respeto de la organización política, social o económica, con un móvil moralmente justo y encaminada a imponer un régimen cualitativamente superior es reconocido como delincuencia política.

Toda teoría acerca del delito político tiene necesariamente que girar alrededor del móvil que provocó la acción penal, el delito político tiene un fuerte ataque contra la seguridad del estado; en consecuencia el tratamiento que se hace a los “delincuentes políticos debe ser igual o mayor al que se le da a cualquier otro delincuente, tratamiento razonado sobre la base moral y profundamente humana de este ente jurídico. El Jurista Lombroso había aclarado en el congreso de antropología criminal que el delincuente político si es que puede llamarse así, casi nunca lo es desde el punto de vista moral y social.

Los representantes electos de la revolución ciudadana se confirman, reconocen y acatan su deber de repetir ante la patria que se tiene que mantener los logros ganados con o sin razón, ni sin justa esperanza de reconciliación pero con un sentir de  traicionados con deseos de  venganza, mas no es, en el concepto sereno de los que aún hoy la representan y de la evolución pública y responsable.

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